De nuevo hablamos sobre nebulizaciones. Haciendo un repaso y sintetizando lo que hemos hablado hasta ahora de nebulizaciones ya sabemos lo siguiente:
- Eficacia de las nebulizaciones y como deben administrarse: Enlace
- Volumen inicial y tiempo de una nebulización Enlace
- Volumen residual y sistemas de administración: mascarilla o pieza bucal: Enlace
Pues bien me queda hablar de una cosa importante que es el flujo al que se debe poner el caudalímetro para que la nebulización sea adecuada y salgan un porcentaje de partículas elevado de un tamaño óptimo, que si os acordais seria entre 1 y 5 micras, que son las que llegan a la vía aérea pequeña y se depositan por sedimentación en esa zona.
Los nebulizadores existentes actualmente generan un mayor porcentaje de partículas de ese tamaño nebulizando entre 6 y 8 litros/minuto. Si lo ponemos a menos flujo tendríamos demasiadas partículas de un tamaño grande facilitando el depósito orofaríngeo y vía superior y si los ponemos a un flujo muy alto aumenta la impactación y la dispersión ambiental de las partículas lo que genera que no pasen a la vía aérea inferior. Debemos tener en cuenta que no es necesario que el nebulizador pase por el humidificador ya que la nebulización va diluida, se debe conectar a la salida directa del caudalímetro para garantizar una nebulización a un flujo adecuado.
Hay pacientes que son retenedores de carbónico, a estos pacientes las nebulizaciones se les debe poner con un compresor eléctrico. Este aparato lo que hace es coger el aire ambiente (el cual tiene una FiO2 de 21%) y comprimirlo para que este sea el que produzca la nebulización. De esta forma el paciente no recibe un aporte de oxígeno extra que pueda favorecer la aparición de una insuficiencia respiratoria hipercápnica generada por los flujos altos de oxígeno.
Existen medicamentos en los que sería adecuado utilizar con un compresor eléctrico, no por posible retención de carbónico, sino porque se oxidan , como es el caso de mucolíticos como la Mesna y la Aceteilcisteina nebulizada. Estos medicamentos al entrar en contacto con el oxígeno se oxidan y producen un olor muy desagradable (y pérdida de propiedades) que aumenta al poner la nebulización con oxígeno. Si lo ponéis con un compresor eléctrico veréis que aunque sigue oliendo mal no es tan fuerte.
Pues por hoy se acabó, aunque otro día seguro seguiremos hablando de nebulizaciones. Es una técnica muy común y frecuente que hacemos de forma rutinaria pero que como veis tiene matices para garantizar su correcta realización. Y si tenéis dudas, ya sabéis donde encontrarme. Espero que os sea de utilidad.